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Blog de Javier Memba

El insolidario

Un Lefranc digno de le Carré

Archivado en: Cuaderno de lecturas, Lefranc, "El niño Stalin" de Jacques Martin, Régric y Robberecht.

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            Considerando lo variados que son los avatares de los protagonistas de las grandes series de la bande dessinée, no debería sorprenderme que en El niño Stalin -la entrega de Lefranc del año 2013- este otro gran periodista del cómic belga resulte más próximo a la gente de Smiley, los agentes del Circus -la organización del servicio de inteligencia británico de las novelas de John le Carré-, que de esos grandes reporteros de la viñeta francófona: Ric Hochet Fantasio, también Spirou -tras ascender de su empleo original como botones, al comienzo de la serie, a reportero free lance de las entregas posteriores- y, por encima de todos ellos, el magisterio de Tintín.

            En efecto, el infatigable reportero de Le Petit Vingtième también se las vio con esa alegoría del estalinismo, que es la Borduria de Plekszy-Gladz, cuyo parecido con El zar rojo es sobresaliente en la estatua de Szohôd, la capital bordura que se nos muestra en las viñetas de El asunto Tornasol (1956).

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Publicado el 14 de agosto de 2021 a las 01:45.

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Los relatos más bellos del mundo (y XI)

Archivado en: Cuaderno de lecturas, Los relatos más bellos del mundo

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(viene de la entrada del cuatro de marzo de 2021)

            Está claro: el antólogo anónimo de Los relatos más bellos del mundo reservó los mejores para el capítulo final. Reunidos bajo el epígrafe de Llega el futuro, los textos allí copilados también habían podido estarlo bajo el título de Ciencia Ficción. De una u otra manera, resultan igualmente encomiables. A diferencia de los incluidos en las paginas precedentes, entre los que, empero la abundancia de lo bueno, no faltan piezas que no merecen semejante dignidad, estos últimos sí que puede que sean la mejor representación de la narrativa fantacientífica de finales de los años 60. Seguramente lo he apuntado ya, en alguno de los artículos anteriores que he dedicado a esta lectura, una de las más dilatadas de toda mi experiencia. No obstante, para los que no lo hayan leído, repetiré que el pie de imprenta de la selección está fechado en el Madrid de 1969.

            Un año antes, en el 68, el estreno de 2001: una odisea del espacio, de Stanley Kubrick, había marcado un antes y un después en la historia del género. Arthur C. Clarke, su guionista, ya era una de las grandes referencias tanto de la ciencia aplicada como de la ficción. Sus artículos sobre satélites artificiales en la órbita geoestacionaria le habían procurado la admiración de la comunidad científica internacional. Como autor de ciencia ficción también se había hecho notar. Especialmente en el ámbito de la llamada Hard, que no es otra que aquella que concede una especial relevancia a los aspectos técnicos, lo que la mantiene dentro de la plausibilidad. Ya entonces -como ahora- la hard sf tenía en 2001... uno de sus paradigmas.

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Publicado el 29 de julio de 2021 a las 03:00.

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Nueva comunión con el universo de Blake y Mortimer

Archivado en: Cuaderno de lecturas, las aventuras de Blake y Mortimer, El grito del Moloch

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            En los seis años que han pasado entre mi lectura de La onda Septimus, en la primavera de 2015, y esta de estos días de El grito del Moloch, he tenido tiempo de descubrir la valía como guionista de Jean Dufaux en una buena parte de la serie Djinn y alguna que otra propuesta. Verbigracia, las aventuras de Lucius Murena, de las que sólo he tenido oportunidad de leer los dos primeros álbumes. Que me hayan sabido a poco es la demostración de que me han interesado de veras. No hay duda de que estamos ante uno de los grandes guionistas de la bande dessinée (BD) de nuestro tiempo.

            Belga como Hergé, Jacobs y de Mor. Dufaux -quien salvo error u omisión nunca ha dibujado- es un escritor diverso como el alsaciano Jacques Martin, quien inevitablemente -luego de haber sido el tercero de los grandes discípulos de Hergé- concibió tantas series que acabó dedicándose únicamente a los libretos. Desde que supe que el creador de Alix y Lefranc terminó sus días ciego, tiendo a pensar que Martín pudo haber ido perdiendo la vista paulatinamente, que, a medida que las sombras iban nublando sus ojos, se fue dedicando más a los guiones. Un texto, se puede dictar o grabar en un magnetófono para que alguien lo transcriba. Ese fue, sin ir más lejos, el método de trabajo seguido por Marcel Allain, uno de los creadores de la otrora célebre serie de novelas policiacas de Fantômas. Una ilustración no se puede dictar de ninguna manera.

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Publicado el 25 de julio de 2021 a las 03:15.

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Una lectura elevada (y IV)

Archivado en: Cuaderno de lecturas, Heródoto, Los nueve libros de la historia

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(viene del la entrada del 23 de junio)

Tras leer sobre los hiperbóreos, naturales del norte de Tracia que tuvieron en Heródoto su primer cronista, descubro con cierta contrariedad que no todo el mundo comparte mi fascinación por las Historias del de Halicarnaso. Así, el profesor M. W. Frederiksen, del Wocester College de Oxford, pone en duda la información que aporta acerca de las migraciones prehistóricas, que, a su juicio, en el mejor de los casos es "vaga". Más aún, Frederiksen duda abiertamente de una diáspora posterior: la que, según el de Halicarnaso, llevó a los lidios a expatriarse en la que habría de ser Etruria hacia el 1.200 a. e. c.

            También son vagas las noticias biográficas de Heródoto que han llegado hasta nuestros días. Parece que su vida discurrió entre el 484 y el 425 a. e. c. La actual ciudad turca de Bodrum fue su Halicarnaso natal. Participó en la colonización de Thourion, en la actual Calabria, pero antes y después de aquella expedición residió en Atenas, ciudad que admira profundamente, más que ninguna otra. Sus ideas morales y religiosas son las de la vieja Jonia.

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Publicado el 9 de julio de 2021 a las 05:15.

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Una lectura elevada (III)

Archivado en: Cuaderno de lecturas, Heródoto, Los nueve libros de la historia

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(viene de la entrada del 28 de abril de 2021)

 

        Ya entrando en Euterpe, el segundo libro de los nueve que recogen las historias de Heródoto, el autor nos habla de la preocupación de los egipcios por ser los hombres más antiguos de la Tierra. Hasta el párrafo 35, se suceden las descripciones de los distintos pueblos del Nilo y los orígenes del río. Para Heródoto, Egipto es "el don del Nilo". Viajó por su ribera en torno a la mitad del siglo V a. e. c. Entre otras cosas, le llama especialmente la atención la costumbre de los nobles de no embalsamar a las mujeres recién fallecidas para que los encargados de hacer el trabajo no se den a prácticas necrófilas con sus cadáveres (párrafo 89).

            André Aymar y Jeaninne Auboyer, los autores del tomo dedicado a Oriente y Grecia de La historia general de las civilizaciones (Destino Barcelona, 1969), mi lectura de apoyo -documentación- a esta abreviatura de las Historias de Heródoto que me ocupa, nos hablan de que la excelencia de la medicina egipcia, en gran medida tenía su origen en su pericia como embalsamadores. Esto les procuraba unos conocimientos de anatomía sobresalientes para su época. El de Halicarnaso se maravilla ante la especialización de los galenos egipcios, entre quienes distingue los que, al lector de nuestro infausto siglo XXI, se le antojan precedentes de los oftalmólogos, odontólogos y algunos otros especialistas de nuestros días.

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Publicado el 23 de junio de 2021 a las 02:30.

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Otra lectura de Emilia Pardo Bazán

Archivado en: Cuaderno de lecturas, Belcebú, Emilia Pardo Bazán

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                   Creo que ya he elogiado en estos mismos apuntes, con el debido encomio, la efímera, pero admirable, labor de Celeste Ediciones. Un proyecto que apenas duró unos años entre el fin de siglo y los albores del nuevo milenio, pero bastaron para legar a la posteridad un fondo sobresaliente, especialmente atento a la novela gótica y al cuento de miedo. Aún recuerdo su colección Minúscula, cuyo número 14 fue este Belcebú de Emilia Pardo Bazán, que hoy traigo. Publicado originalmente en el Madrid de 1912 -creo entender que dentro de una reunión de novelas cortas que tituló Cuentos Trágicos-, el colofón de esta edición mía, que en tan alta estima tengo, está fechado el 18 de marzo de 2000. Yo la leí con sumo agrado el mes de agosto de ese mismo año. Una vez más, lo que sigue son las notas que tomé entonces:

                   Paseando por los alrededores de un lúgubre edificio, un arqueólogo del lugar refiere a la autora que dicho inmueble acogió en tiempos un tribunal del Santo Oficio. Aguzada su curiosidad, doña Emilia urge a su interlocutor para que le refiera la historia del inmueble. Se abre entonces el flash-back en el que se desarrollará toda la narración.

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Publicado el 28 de mayo de 2021 a las 19:00.

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Madrid y Emilia Pardo Bazán

Archivado en: Cuaderno de lecturas, La gota de sangre, Emilia Pardo Bazán

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                   Madrid recuerda a Emilia Pardo Bazán con el monumento alzado en su memoria, ante el palacio de Liria (Princesa, 20-22), desde 1926. Por no volver sobre todas las veces que se hablaba de ella en la España pretérita, cada vez que se hacía referencia al Pazo de Meirás. Ni que decir tiene el renovado interés que despertó su obra en 1986, tras la emisión en TVE de Los pazos de Ulloa, la celebrada serie de Gonzalo Suárez. Así las cosas, salvo puntualizar que nunca había caído en el olvido, no hay nada que objetar a todas esas conmemoraciones de las que está siendo objeto la escritora gallega con motivo del centenario de su óbito. La condesa ha sido leída, prácticamente sin interrupción, desde que empezó a publicar. Los clásicos son clásicos precisamente por eso, porque perduran como ejemplo. Otra cosa es que ahora se la reivindique desde nuevas perspectivas, contra lo que tampoco tengo nada que objetar.

                   En lo que a mí respecta, debo reconocer que ha sido la autora más alejada de mi universo personal a la que, sin embargo, he leído con agrado en tres ocasiones. Insolación (1989), la primera de mis lecturas de doña Emilia, me ganó por sus descripciones del parque de la Bombilla. Junto con los fragmentos que dedica Hemingway a este mismo espacio en Muerte en la tarde (1932), son las páginas que más me han calado de cuantas he leído sobre uno de mis rincones favoritos de Madrid.

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Publicado el 19 de mayo de 2021 a las 03:15.

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Una lectura elevada (II)

Archivado en: Cuaderno de lecturas, Heródoto, Los nueve libros de la historia

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      (viene del asiento del 16 de abril del   21)    

En diferentes momentos de mi actividad profesional tuve oportunidad de entrevistar sobre sus lecturas a un par de mujeres muy dispares entre sí, Alaska y Concha Velasco. Tanto una como otra me dieron un par de respuestas que me interesaron en grado sumo. La antigua lideresa de los Pegamoides, me confesó que odiaba el Lazarillo de Tormes porque amargó su adolescencia cuando le obligaron a leerlo en el colegio; la musa de tanto cine español del amado Siglo XX, me comentó que leíamos El Quijote pronto.

            Me pareció tan acertada esta observación de doña Concha que, algunos días después, hablando telefónicamente con Lázaro Carreter -una de las personas más antipáticas que me he visto obligado a entrevistar-, apremiado por sus agresivas y siempre descorteses contestaciones, le pregunté -como para darle pie a que me colgase, o qué sé yo- si consideraba que leíamos El Quijote demasiado pronto. Cuál no sería mi sorpresa cuando, el entonces director de la RAE, cejó en su belicosidad conmigo y, como satisfecho de que le hubiera hecho esa pregunta, cambió su actitud y me dijo que era "una barbaridad leer El Quijote en la escuela".

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Publicado el 28 de abril de 2021 a las 21:45.

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Una lectura elevada (I)

Archivado en: Cuaderno de lecturas, Heródoto, Los nueve libros de la historia

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            Tengo entendido que en la Grecia de este infausto siglo XXI, los padres siguen poniendo a sus hijos nombres de la Grecia clásica (499-336 a. e. c.) para asociarlos así al antiguo esplendor de su país. Naturalmente, ellos lo mitifican aún más que el resto de los europeos y, por ende, los americanos. Descendientes al cabo de los europeos que -sin entrar en consideraciones sobre las culturas autóctonas de los amerindios, tan respetables como las del resto del mundo, fueron atropelladas, igual que todas ellas, cuando Europa inició su expansionismo en el siglo XV-, los americanos oriundos del Viejo Continente hicieron de América una nueva Europa, el Nuevo Mundo que, en líneas generales, sigue siendo la América de nuestros días. En fin, que en las cátedras estadounidenses el Siglo de Pericles, la Grecia clásica por excelencia, será mitificado tanto como en las inglesas, francesas o españolas.

            Pero supongo que los jóvenes chinos o japoneses no lo estudiarán con tanto entusiasmo. Y sin irnos al Lejano Oriente, en el Oriente Próximo, seguro que, en Turquía, que tanta historia comparte con la Grecia clásica, tampoco lo estudiarán como se hace en el Viejo Continente. Sin ir más lejos, la mítica Troya contra la que luchó la coalición griega liderada por Agamenón tras el rapto de Helena, se encontraba en la Península de Anatolia. También fue allí, en su costa occidental, la de las ciudades-estado griegas, donde se inició la filosofía presocrática, que es como decir la filosofía occidental. Más aún, la civilización de este lado del mundo.

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Publicado el 16 de abril de 2021 a las 05:45.

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Los relatos más bellos del mundo X

Archivado en: Cuaderno de lecturas, Los relatos más bellos del mundo

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(viene del asiento del trece de febrero de 2021)

A diferencia de El rojo emblema del valor (1896), que suelo llamar Medalla roja al valor atendiendo a la magnífica adaptación que John Huston estrenó en 1951 de la novela más célebre de Stephen Crane -que al parecer no está basada en las experiencias del autor, pues éste no formó parte de milicia alguna-, En el bote sí es un texto autobiográfico. Y es, además, tan vigoroso como -me figuro-, esperarían los lectores europeos que, a comienzos del amado siglo XX, acostumbrados a la gran novela social decimonónica, dieron cuenta de las primeras traducciones de Ambrose Bierce, Bret Harte, el propio Crane y algún otro narrador "genuinamente estadounidense", mucho más atentos a la acción que a la reflexión. Pero, ya digo, son todo conjeturas.

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Publicado el 4 de marzo de 2021 a las 23:45.

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Javier Memba

Javier Memba

            Periodista con más de cuarenta años de experiencia –su primer texto apareció en la revista Ozono en 1978-, Javier Memba (Madrid, 1959) fue colaborador habitual del diario EL MUNDO entre junio de 1990 y febrero de 2020. Actualmente lo es en Zenda Libros. Estudioso del cine antiguo, en todos los medios donde ha publicado sus cientos de piezas ha demostrado un decidido interés por cuanto concierne a la gran pantalla. Puede y debe decirse que el setenta por ciento de su actividad literaria viene a dar cuenta de su actividad cinéfila. Ha dado a la estampa La nouvelle vague (2003 y 2009), El cine de terror de la Universal (2004 y 2006), La década de oro de la ciencia-ficción (2005) –edición corregida y aumentada tres años después en La edad de oro de la ciencia ficción-, La serie B (2006), La Hammer (2007) e Historia del cine universal (2008).

 

            Asimismo ha sido guionista de cine, radio y televisión. Como novelista se dio a conocer en títulos como Homenaje a Kid Valencia (1989), Disciplina (1991) o Good-bye, señorita Julia (1993) y ha reunido algunos de sus artículos en Mi adorada Nicole y otras perversiones (2007). Vinilos rock español (2009) fue una evocación nostálgica del rock y de quienes le amaron en España mientras éste se grabó en vinilo. Cuanto sabemos de Bosco Rincón (2010) supuso su regreso a la narrativa tras quince años de ausencia. La nueva era del cine de ciencia-ficción (2011), junto a La edad de oro de la ciencia-ficción, constituye una historia completa del género, aunque ambos textos son de lectura independiente. No halagaron opiniones (2014) fue un recorrido por la literatura maldita, heterodoxa y alucinada. Por su parte, David Lynch, el onirismo de la modernidad (2017), fue un estudio de la filmografía de este cineasta. El cine negro español (2020) es su última publicación hasta la fecha.  

 


 

          

 

Miniatura no disponible

 

Javier Memba en 2009

 

Javier Memba en 1988

 

Javier Memba en 1987

 

1996

 

 

Javier Memba en la librería Shakespeare & Co. de París

 

 

 

 

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Enlaces

-La linterna mágica

-Unas palabras sobre Vida en sombras

-Unas palabras sobre La torre de los siete jorobados

-50 años de la Nouvelle Vague en Días de cine

-David Lynch, el onirismo de la modernidad en Radio 3

-Unas palabras sobre Casablanca en Telemadrid

-Unas palabras sobre Tintín en Cuatro TV

 

 

ALGUNOS ARTÍCULOS:

Malditos, heterodoxos y alucinados de la gran pantalla

Nuevos momentos estelares de la humanidad

Chicas yeyés

Chicas de ayer

Prólogo al nº 4 de la revista "Flamme" de la Universidad de Limoges

Destinos literarios

Sobre La naranja mecánica

Mi tributo al gran Chris Marker

El otro Borau

Bohemia del 89

Unos apuntes sobre las distopías

Elogio de Richard Matheson

En memoria de Bernadette Lafont

Homenaje al gran Jean-Pierre Melville

Los amores de Édith

Unos apuntes sobre La reina Margot

Tributo a Yasujiro Ozu con motivo del 50 aniversario de su fallecimiento

Muere Henry Miller

Unos apuntes sobre dos cintas actuales

Las legendarias chicas de los Stones

Unos apuntes sobre el "peplum"

El cine soviético del deshielo

El operador que nos devolvió el blanco y negro

Más real que Homeland

El cine de la Gran Guerra

Del porno a la pantalla comercial

Formentera cinema

Edward Hopper en estado puro

El cine de terror de los años 70

Mi tributo a Lauren Bacall

Mi tributo a Jean Renoir

Una entrevista a Lee Child

Una entrevista a William McLivanney 

Novelistas japonesas

Treinta años de Malevaje

Las grandes rediciones del cómic franco-belga

El estigma de La campana del infierno

Una reedición de Dalton Trumbo

75 años de un canto a la esperanza

Un siglo de El nacimiento de una nación

60 años de Semilla de maldad

Sobre las adaptaciones de Vicente Aranda

Regreso al futuro, treinta años después 

La otra cabeza de Murnau

Un tributo a las actrices de mi adolescencia

Cineastas españoles en Francia

El primer surrealista

La traba como materia literaria

La ilustración infantil de los años 70

Una exposición sobre la UFA

La musa de John Ford

Los icebergs de Jorge Fin

Un recorrido por los cineastas/novelistas -y viceversa-

Ettore Scola

Mi tributo a Jacques Rivette

Una película a la altura de la novela en que se basa

Mi tributo a James Cagney en el trigésimo aniversario de su fallecimiento

Recordando a Audrey Hepburn

El rey de los mamporros

Una guía clásica de la ciencia ficción

Musas de grandes canciones

Memorias de la España del tebeo

70 años de la revista Tintín

Ediciones JC regresa a sus orígenes

Seis claves para entender a Hergé

La chica del "Drácula" español

La primera princesa de la lejana galaxia

El primer Tintín coloreado

Paloma Chamorro: el fin de "La edad de oro"

Una entrevista a la fotógrafa Vanessa Winship

Una recuperación del Instituto Murnau

Heroínas de la revolución sexual

Muere George A. Romero

Un mito del cine francés

Semblanza de Basilio Martín Patino

Malevaje en la Gran Vía

Entrevista a Benjamin Black

Un circunloquio sobre la provocación

Una nueva aventura de Yeruldelgger

Una dama del crimen se despide

Recordando a Peggy Cummins

Un tributo a las yeyés francesas

La última reina del Technicolor

Recordando a John Gavin

Las referencias de La forma del agua

El Madrid de 1988

La nueva ola checa

Un apunte sobre Nelson Pereira dos Santos

Una simbiosis perfecta

Un maestro del neorrealismo tardío

El inovidable Yellowstone Kelly

Que Dios bendiga a John Ford

Muere Darío Villalba

Los recuerdos sentimentales de Enrique Herreros

Mi tributo a Harlan Ellison

La inglesa que presidió el cine español

La última rubia de Hitchcock

Unos apuntes sobre Neil Simon

Recordando Musicolandia

Una novelista italiana

Recordando a Scott Wilson

Cämilla Lackberg inaugura Getafe Negro

Una conversación entre Läckberg y Silva

El guionista de Dos hombres y un destino

Noir español y hermoso

Noir italiano

Mi tributo al gran Nicholas Roeg

De la Escuela de Barcelona al fantaterror patrio

Recordando a Rosenda Monteros

Unas palabras sobre Andrés Sorel

Farewell to Julia Adams

Corto Maltés vuelve a los quioscos

Un editor veterano

Una entrevista a Wendy Guerra

Continúa el misterio de Leonardo

Los cantos de Maldoror

Un encuentro con Clara Sánchez

Recuerdos de la Feria del Libro

Viajes a la Luna en la ficción

Los pecados de Los cinco

La última copa de Jack Kerouac

Astérix cumple 60 años

Getafe Negro 2019

Un actriz entrañable

Ochenta años de "El sueño eterno"

Sam Spade cumple 90 años

Un western en la España vaciada

Romy Schneider: el triste destino de Sissi

La nínfula maldita

Jean Vigo: el Rimbaud del cine francés

El último vuelo de Lois Lane

Claudio Guerin Hill

Dennis Hopper: El alucinado del Hollywood finisecular

Jean Seberg: la difamada por el FBI

Wener Herzog y la cólera de Dios

Gordad, el gran maese de la heterodoxia cinematográfica

Frances Farmer, la esquizofrénica que halló un inquietante sosiego

El hombre al que gustaba odiar

El gran amor de John Wayne

Iván Zulueta, arrebatado por una imagen efímera

Agnès Varda, entre el feminismo y la memoria

La reina olvidada del noir de los 40

Judy Garland al final del camino de adoquines amarillos

Jonas Mekas, el catalizador del cine independiente estadounidense

El gran Edgar G. Ulmer

La última flapper; la primera it girl

El estigmatizado por Stalin

La controvertida Egeria del Führer

El gran Tod Browning

Una chica de ayer

El niño que perdió su tren eléctrico

La primera chica de Éric Rohmer

El último cadáver bonito

La exnovia de James Dean que no quiso cumplir 40 años

Don Luis Buñuel, "ateo gracias a Dios"

La estrella cuyo fulgor se extinguió en sus depresiones

El gran cara de palo

Sylvia Kristel más allá de Emmanuelle

Roscoe Arbuckle, cuando se acabaron las risas

Laura Antonelli, la reina del softcore que perdió la razón

Nicholas Ray, que nunca volvió a casa

El vuelo más bajo de la princesa Leia Organa

Eloy de la Iglesia y el cine quinqui

Entiérralo con sus botas, su cartuchera y su revólver

La chica sin suerte

Bela Lugosi y la sombría majestuosidad de Drácula

La estrella de triste suerte

La desmesura de Jacques Rivette

Françoise Dorléac

Klaus el loco

Una hippie de los 70

Jean Esustache, entre la Nouvelle Vague y el ascetismo

Nadiuska, un juguete roto

Thea von Harbou

Jesús Franco

David Cronenberg

Sharon Tate, como en un cuento de Sheridan Le Fanu

Un guionista sediento

La reina del fantaterror patrio

Dalton Trumbo y los diez de Hollywood

La primera chica que arrojó una tarta 

El desdichado Hércules contemporáneo

En la tradición familiar

El músico del realismo poético

Otro tributo a la gran Patty Shepard

Elmer Modlin y su extraña familia

Las coproducciones internacionales rodadas en España

Marilyn Monrore y su desesperado último gesto

Un amor más poderosos que la vida

El actor atrapado en sus personajes

Entre el fantasma de su madre y el final del musical

Barbet Schroeder

Amparo Muñoz

Samuel Bronston más alla de Las Rozas

Chantal Akerman

Françoise Hardy 

Un antiguo dogmático

Jane Birkin

Anna Karina, su turbulento amor y el Madison

Sandie Shaw, ya con calzado

El gran Serge Gainsbourg

Entre la niña prodigio y la mujer concienciada

La intérprete de Shakespeare que inspiró a The Rolling Stones

La maleta del capitán Wajda

Val Lewton y su dramatización de la psicología del miedo

La alimaña de Whitechapel

Cristina Galbó

La caravana Donner

Eddie Constantine

Un nuevo curso del tiempo

Rosenda Monteros

Una criatura de la noche

Una carta a Nicolás I

Edison y el 35 mm

Barbara Steele

El felón Esquieu de Floyran acaba con los templarios

Entre Lovecraft y Hitchcock

Tchang Tchong Yen recuerda a Hergé

La musa del ciberpunk

Néstor Majnó

Una leyenda del Madrid finisecular

El rey de la serie B

La primera cosmonauta soviética

Cuando la injuria sucede a la fatalidad

Bajo Ulloa y sus cuentos crueles

La cicerone de los Stones en el infierno 

Nace Toulouse-Lautrec

El París del Charlestón se rinde a Josephine Baker

Nastassja Kinski, la dulce hija del ogro

Un tributo a Sam Peckinpah

La leyenda del London Calling

Fiódor Dostoievski frente al pelotón de fusilamiento

Mi alucinada favorita

El hombre de las mil caras

El 7º de Caballería pierde la gloria

Un recuerdo de Silke

El genocidio camboyano

Peter Bogdanovich

Guy Debord y la sociedad del espectáculo

Un héroe de Iwo Jima 

Lupe Vélez tras el último tequila sunrise

El general Lee

Roman Polanski

Un hampón italoamericano

Jane Fonda en su juventud

Kraken en la Cuesta de Moyano

Josef von Sternberg

The Beatles en The Carvern y en el show de Ed Sullivan

Que la tierra le sea leve a Douglas Trumbull

El último superviviente del hampa de Chicago

Inma de Santis

El Álamo

Una musa insumisa

El malvado Zaroff y un elogio a las revistas pulp

Miles Davis

Un polaco y el amour fou

La Legión extranjera como género literario

Conchita Montenegro

Peter Lorre y su cara de villano

El juez de la horca

Syd Barrett

Kathleen Turner

Una caricatura de la hombría

Eric Clapton

Helga Liné

Butch Cassidy

Carlos Arévalo, un cineasta español

Nace el último bohemio

Pascual García Arano

María Perschy

El Combray de Ingmar Bergman

Carlos Castaneda

Una canción de Neil Young

Un suicida dandi

Hedy Lamarr

Philip K. Dick y sus realidades bastardas

La última mujer fatal

Andréi Tarkovski, otro maldito por la censura soviética

Nace la música de la New Age

"Wie einst" Lili Marleen

Una lectura de Byron en Villa Diodati

Un apostol de la sedición juvenil

Ava en mi ciudad

Rider Haggard

Una entrada para la "Historia universal de la infamia"

La Marguerite Duras cineasta

Gallardo y calavera

El hombre que vendió su alma a Elizabeth Taylor

El crímen de Charlotte Corday

Un elogio entusiasta de la urbe

Un ángel caído

Mary Bradbury teme por su vida

Pierre Étaix y su triste gracia

El mejor verano de los Rolling

María Rosa Salgado y su conmovedora discrección

La valentía de Ramón Acín

Sylvie Vartan

La cruz de Malta de Wim Wenders

La epifanía de Louis Daguerre

Carroll Baker

Marie Laforêt y mi amigo Eloy

Eliseo Reclus atisba su quimera

Patty Pravo

Richard Pryor contra sí mismo

Miroslava, una actriz marcada por la fatalidad

France Gall y el doble sentido

Robert Bresson y el cine puro

La gesta de Alekséi Stajánov

Nace el Rimbaud del Rock & Roll seminal

Dominique Dunne, una filmografía que se quedó en el aire

Un actor vampirizado por un personaje

Tolkien publica El Hobbit

La segunda musa de Godard

John Dos Passos entra en la eternidad

Alain Resnais, el cine de la memoria

Una musa del filme noir

El cadáver de Nancy Spungen en el Chelsea Hotel

La historia de Bobby Driscoll

Un icono del feminismo

Recordando a Tina Aumont

Colgaron a Gilles de Rais

Dario Argento

Nico en el cine

Dylan Thomas en su último trance

Brigitte Helm

Un punkie en la Disney 

Nace Billy el Niño

The Wall

Tennessee Williams

Vivien Leigh

Kazuo Sakamaki salva la vida en Pearl Harbor

El proscrito de la Escuela de Barcelona 

47 hombres de honor

Charlotte Rampling

La incomunicabilità del gran MIchelangelo Antonioni

F. Scott Fitzgerald

Un pilar del cómic estadounidense

Juliet Berto

Erik, el fantasma de la Ópera

Una comedia francesa

Un pesimista alegre

Una mirada indolente a la derrota 

Sender en Casas Viejas

Kipling en su último momento

Los hermanos Marx

Puente sobre aguas turbulentas

Anouk Aimée

Mary Shelley

Quentin Tarantino

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